Despertares...
Foto: Serge Makeev
Vienes hoy,
como un desvaído recuerdo.
Quizás de la mano de una
Primavera recién estrenada.
Y te me apareces,
como chute que remueve
ganas,
en jeringuilla con
restos aún
de fluidos que te
pertenecen.
En la quietud
de un despertar
holgazán.
Concupiscente.
Que se resiste a
levantar persianas
desbaratadoras de
ensueños.
En los que,
mientras te
abrigan mis brazos,
tu cuello y mis
labios
se montan tangos
con sobresaltos.
Y en donde,
un firmamento hecho de pecas,
poblando enteras
laderas
de una espalda tan
desnuda como tú,
pidiendo va, a
gritos,
la habilidad de
unos dedos.
Que se deslicen
por ella.
Recorriendo
curvas.
Valles y montañas.
Humedales.
Volcanes de deseos...
Es ahora,
mansas las aguas,
y en el horizonte
el delta,
cuando más extraño
las noches con
luna.
Las aristas de las
rocas.
El torbellino, el
estruendo
Y la espuma.
Despertar es un
morir.
O un vivir.
Anclado entre los
recuerdos.
¡Maldito sea el
tiempo!
¡Y malditos los
relojes que no cesan!
Disfrazando, ahora
de Otoño,
esta Primavera eterna.
©narbona