Rupturas...
Perdida la candidez
amargo el sabor de boca,
extraño los días de miel,
los de vino y los de rosas.
Bailando el antes
con el después,
los pasos
no son ya iguales.
Roto es mi pedestal.
Y he perdido tu sonrisa.
Las lágrimas que no tragas
escapan cual lluvia amarga
golpeándome un alma desnuda de ropa.
Despojada de piel.
Más vulnerable que nunca
a los cuchillos de tu mirar.
¿Romper con todo?
¿Salvar qué cosas?
¡Cuánto extraño los días de miel!
Y los de vino. Y los de rosas.
Y es que... el mal sabor de boca,
al igual que la marea,
se va... y vuelve.
Vuelve... y de nuevo se va.
©narbona
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